Los requisitos que son necesarios para presentar una modificación curricular son los siguientes:
La modificación curricular de una carrera es aprobada por el Comité Curricular de la Universidad, constituido por:
Las horas totales de un plan de estudio corresponden a la sumatoria de horas presenciales de todas las actividades curriculares que conforman la malla curricular de una carrera.
La información específica de las horas presenciales debe ser tomada de la ficha técnica del plan de estudio que se quiere calcular. Esta información se vacía en la matriz Excel “Número total de horas presenciales del Plan de Estudio”, donde se obtiene el total de horas de un plan de estudio.
El proceso de innovación curricular está conformado por cuatro componentes:
Se espera que una vez finalizado el proceso de innovación curricular, las carreras presenten un nuevo Plan de Estudio al Comité Curricular de la Universidad.
El programa es un documento oficial, cuya oficial, cuya elaboración es responsabilidad de la unidad académica de la cual depende el plan de estudio correspondiente y que estable los componentes fundamentales de la actividad curricular. Se espera que estos programas de las actividades curriculares tengan permanencia en el tiempo. Por sus características, estos son un instrumento muy valioso para gestión curricular y, como tal, debiesen estar disponibles y ser analizados tanto en el momento de la discusión del plan de estudio y de su aprobación como para su revisión de modo periódico en procesos de evaluación del plan de estudio.
La programación se trata de un documento que contiene las especificaciones referidas a la implementación contextualizada de los programas de actividades curriculares, tales como: calendarización de las sesiones; especificación del tipo, cantidad y oportunidad de las evaluación; actualización bibliográfica, entre otras. La programación es responsabilidad del docente a cargo de la actividad curricular. Por su naturaleza, a diferencia del programa, las programaciones pueden experimentar modificaciones de un periodo académico a otro.
“Actividad curricular” es una denominación genérica, pues se entiende que hay diversos tipos de actividades formativas, acordes a los propósitos educativos; por tanto, distinguimos entre curso, seminario, taller, laboratorio y práctica.
Curso: actividad curricular en la que la exposición de contenidos recae principalmente en el/la docente, quien interactúa con los estudiantes a través de preguntas, explicaciones, ejemplificaciones, etc. en el contexto de aula.
Seminario: actividad curricular en la que el/la docente guía y promueve la construcción de conocimiento individual o grupal, a través del desarrollo de actividades de indagación y/o análisis. Puede contemplar la participación de expertos e invitados en el contexto de aula.
Taller: actividad curricular que enfatiza aprendizajes de tipo procedimental orientado por el/la docente, mediante la realización de actividades de ejercitación, aplicación y/o creación, individuales o grupales, en el contexto de aula.
Laboratorio: actividad curricular cuyo propósito es la experimentación, ejercitación y/o el fortalecimiento de habilidades específicas que requieren el trabajo con equipamiento especializado; por ejemplo: laboratorio de idiomas, laboratorio de estadística, laboratorio de análisis de datos cualitativos, laboratorio de cartografía, entre otros. El rol preponderante del/la docente es de guía y orientación de los procesos de aprendizaje.
Práctica: actividad curricular cuyo propósito es desarrollar aprendizajes a través de experiencias en contextos profesionales específicos.
Según su condición o carácter, las actividades curriculares se clasifican en: obligatorias, optativas o electivas.
Actividades curriculares obligatorias: son aquellas que todos los estudiantes deben cursar para obtener su grado académico y/o título profesional.
Actividades curriculares optativas: son aquellas que el estudiante opta dentro de una oferta definida por la Unidad Académica.
Actividades curriculares electivas: son aquellas que el estudiante elige dentro de la oferta de otras Unidades Académicas.
Para canalizar y responder a las necesidades formativas de los docentes de las unidades académicas, se sugiere comunicar primero la necesidad al director/a de Carrera y la Coordinación Académica de su Carrera, quienes a su vez pueden acudir a los profesionales del Área de Apoyo a la Docencia (Línea 4 PMI); quienes primero ayudarán a formalizar la solicitud, luego a generar una propuesta y posteriormente a organizar y ejecutar una acción formativa que dé respuesta a la necesidad planteada.
Se considera que una estrategia o técnica de enseñanza es innovadora cuando apunta al aprendizaje activo, centrado en la actividad del estudiante como protagonista del proceso, donde este pueda buscar y encontrar significado al aprendizaje, de manera preferentemente social (colaborativa, cooperativa), desafiante, contextualizada, reflexiva y con crecientes grados de autonomía, que le permitan movilizar conocimientos, destrezas y actitudes para un desarrollo integral, en la que el docente asume un rol de orientador, guía y facilitador del aprendizaje del estudiante.
Algunas metodologías innovadoras son el estudio de casos, el aprendizaje basado en proyectos (ABP), aprendizaje basado en problemas (ABProblem), la clase o aula invertida (flipped classroom), el aprendizaje+servicio (A+S), Design Thinking, Pensamiento Visible, Instrucción entre pares (Peer Instruction), entre otras.
El Área de Apoyo a la Docencia (Línea 4 PMI) ofrece cada semestre un Ciclo Formativo para Docentes de Primer Año que consiste en una serie de talleres de frecuencia semanal (alrededor de cinco) en los que se tratan diversas temáticas relacionadas con la problemática de realizar docencia a estudiantes que ingresan a la universidad y cuyo objetivo es generar reflexión en los docentes frente a su labor, además de entregarles herramientas concretas que fortalezcan sus competencias, tanto metodológicas como evaluativas.
La rúbrica es un instrumento de evaluación adecuado para situaciones de desempeño, es decir, situaciones evaluativas en las que el estudiante deba generar un producto (escrito, audiovisual, oral, táctil, etc.) en el que deba haber movilizado tanto conocimientos como destrezas y actitudes en contextos complejos. La rúbrica sirve cuando necesitamos evaluar distintos aspectos de una tarea (indicadores) con diferentes posibilidades de niveles de logro (descriptores); por ejemplo, una exposición oral, una investigación, un video, audio, experimento, etc. La rúbrica describe en detalle cada nivel de logro de los aspectos que componen una tarea, identificando las diferencias entre un desempeño y otro, desde un nivel óptimo esperado hasta uno no deseado.